En el blog intentaré recomendar cada poco tiempo exposiciones, libros, películas, pintores y mucho más. ¡Espero que os guste si os gusto yo!
Queridos amigos, coleccionistas y almas curiosas que habitáis este blog: cada pincelada que doy está alimentada por la lectura y por las salas de los museos que recorro siempre que puedo. Por eso hoy quiero compartir (desde mi enorme paleta manchada) los libros y exposiciones que me tienen el corazón acelerado esta temporada, junto con algunos ejercicios para que ensayéis en casa ese lenguaje pictórico que disfrutamos juntos.
Mi mesilla de noche artística. Cuando el color se me rebela, abro Luz y color de James Gurney: una brújula que explica por qué el atardecer del Pilar brilla y cómo trasladarlo al lienzo. Para dominar la materia os recomiendo tambien Alla Prima II de Richard Schmid, que me animó a exprimir el tubo y a dejar que la pincelada respire. Y para afinar los contrastes, vuelve a mi mesa la reedición de El arte del color de Johannes Itten; sus ejercicios cromáticos mantienen alerta mi ojo cada vez que busco nuevas armonías.
Para una tarde de sofá, os sugiero también que le echéis un vistazo a Colores: Historia de su significado y fabricación, un viaje alquímico por los pigmentos que pone en contexto nuestro arsenal de tubos y la explosión de color que tiene mi superpaleta.
Y por último no podía faltar el último libro de Antonio Garcia Villarán Cómo vender tu arte en internet, sin el que hoy no podría estar aquí escribiendo esto.
Rutas que inspiran. En Madrid, el Prado se rinde a Paolo Veronese con más de cien lienzos donde el rosa y el oro se convierten en puro teatro; si os fascina mi paleta luminosa, acercaos a verlos. A pocos pasos, el Thyssen empareja pincel y literatura en Proust y las artes, y la japonesa Ayako Rokkaku llena otra sala de brochazos flúor que parecen bailar fuera del bastidor.
Zaragoza tampoco se queda corta: el Salón de Primavera de ADAFA, del 15 al 31 de mayo, reúne lo último de la pintura aragonesa contemporánea en la Agrupación Artística Aragonesa; un termómetro perfecto de lo que hierve en mi tierra.
Si visitáis la ciudad antes del verano, sumad el festival «Hola Primavera» en la Plaza del Pilar, donde pasacalles, jardines efímeros y talleres convierten la urbe en un cuaderno; yo llevo acuarelas de bolsillo y un rosa fluorescente para capturar la fiesta. ¿Os hace venir a ver si nos encontramos?
¿Queréis practicar? Aquí os dejo tres ejercicios exprés que aplico en Mariposa 88:
- Cielo líquido: para probar cosas nuevas al exterior, podéis iros a un nuevo atardecer con magenta quinacridona, amarillo de cadmio y ultramar; jugad con valores y descubriréis luces nuevas.
- Bodegón flúor: poner objetos cotidianos sobre cartulina neón; el rebote cromático obliga a domar grises neutros. Es un entrenamiento perfecto para quien adore los contrastes de mi serie Bella Durmiente.
- Retrato relámpago: veinte minutos frente al espejo, pincel plano nº 16, óleo directo; prioridad al gesto, no al parecido. Después comparad con Schmid y anotad lo que vuestro cuerpo os pide.
Os animo a compartir los resultados en Instagram y etiquetarme (@magp1684). Me emociona ver cómo convertís mis referencias en vuestra voz. La pintura, al fin y al cabo, es una conversación: empieza en un libro, se enciende ante un Veronese, encuentra eco en un salón de primavera y aterriza —por ahora— en la mancha fresca que se seca en vuestro estudio. Menudo rollo os he dado…
Nos vemos entre colores. ¡A pintar!
